martes, 5 de febrero de 2019

La comunicación a través de los idiomas

La comunicación es el elemento básico del entendimiento humano. Es el mecanismo que permite las relaciones humanas y la adaptabilidad de la especie a diferentes entornos, abriendo canales para la fundación de sociedades evolucionadas y da paso a las relaciones que se forjan en la vida. Así, perdura el conocimiento de la humanidad, que en sus orígenes se basó en una amplia y extendida tradición oral, dio paso a la palabra escrita, hasta llegar a la comunicación digital, que se manifiesta de muchas formas que antaño se podrían haber pensado inimaginables.
Así, como se verá más adelante, la mayoría de malos entendidos entre las personas se deben a problemas respecto a la emisión y recepción de un mensaje o incluso al mensaje mismo.
Esta problemática puede iniciarse desde algo tan simple y mundano como los mensajes de cualquier chat, que se puede prestar a un sinfín de malas interpretaciones, hasta las declaraciones políticas que hacen las naciones a nivel internacional, que traerán implicaciones a una multitud de personas y su grado de impacto estará directamente relacionado con la situación de cada país, así como sus tradiciones e historia con el que se emite la declaración.
Existe una dependencia intrínseca que se le guarda a la comunicación, ya que la mayoría de los problemas actuales que enfrentan las personas, tanto en su ámbito nacional, como internacional, provienen de contrariedades de entendimiento de esos mensajes que se desea transmitir.
Ahora bien, la comunicación, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, se entiende por “[t]rato, correspondencia entre dos o más personas” [1], -elemento personal, emisor y receptor- y “[t]ransmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor”[2] -elemento material, código utilizado-.
La conceptualización anterior demuestra que, para lograr verdadera claridad del mensaje, se debe garantizar que la parte receptora esté en sintonía con la emisora respecto a la connotación que les da a los mensajes expresados. Esto implica que la comunicación lleva a las personas a moverse en un mundo físico y tangible, expresándose desde uno abstracto e intangible, ya que es desde este segundo plano que se establece un conglomerado de imágenes e ideas a las que se les asigna un valor o significado, mismo que puede variar -y de hecho, lo hace- de persona a persona.
El ejercicio de entendimiento se realiza con el objetivo de darle un sentido a los procesos cognitivos de la otra parte, para lo cual intervienen muchos factores, tales como la escucha, análisis, observación, percepción, emociones y otros; factores que condicionarán dicho entendimiento.
Por lo anterior, para lograr una comunicación realmente efectiva será necesaria una utilización apropiada de los diversos signos lingüísticos que se tienen almacenados en el cerebro, los cuales se componen de lenguaje verbal y no verbal o “lo que se dice” y “lo que no se dice”.
Es posible entonces partir de una premisa fundamental: la comunicación tiene un propósito con el que toda persona puede sentirse identificada, ya que forma parte de nuestro día a día. Por ello, el proceso de la comunicación se lleva a cabo esperando que los mensajes que se desea transmitir lleguen con claridad a la otra parte y corresponden a un orden lógico, el cual se determina por medio de la misma dinámica que se lleve a cabo al expresarse ideas entre dos o más personas.
Volviendo al elemento material mencionado antes, las personas al comunicarse entre sí comparten un código[3] común -que se puede entender como un conjunto de elementos abstractos que se entremezclan entre sí, que siguen, de suyo, ciertas reglas previamente establecidas y resultan semánticamente interpretables, permitiendo el intercambio de información-. Este código, para fines prácticos, es el idioma.
Por supuesto, el idioma es un código “neutro”, el cual se entinta de emociones, las cuales caracterizan las reacciones y omisiones de las personas, por lo que estas juegan un papel importante en el proceso de la comunicación, en tanto afectan la coyuntura en que se entrega el mensaje y supeditan a la parte receptora frente a ellas.
Ahora bien, sin ahondar más respecto a los pormenores de qué es un emisor, receptor, mensaje, canal y contexto[4], que es algo que se encuentra muy bien abordado por Paul Watzlawick en su Teoría de la Comunicación Humana[5], que son los elementos que componen el proceso de la comunicación, además del código del que se habló antes, es preciso acotar que la existencia de alrededor de siete mil idiomas[6] provoca dispersión respecto a la capacidad de una persona de comunicarse con otra, lo que demuestra la necesidad de que existan medios para poder interpretar o traducir los mensajes que se intercambian, a efectos de lograr la comunicación de la que tanto se ha hablado.
En todo caso, vale decir que, con respecto a la comunicación, se tiene también una inmensa variedad de dialectos y lenguas que, sumadas a los modismos y regionalismos[7], enredan aún más la ecuación de la comunicación.
De ello se entiende que los idiomas representan una herramienta que vuelve factible la relación humana; si un grupo de personas no compartiere un mismo código no sería posible que estas interactuaran de una forma concreta, siendo que se encontrarían supeditadas a otros estímulos quizá no tan efectivos como a los que las personas están acostumbradas.
Hay estudios que llegan al punto de indicar que la percepción misma del tiempo se ve influenciada por el idioma que se habla,[8] esto debido a que el código, como se dijo, está compuesto por imágenes e ideas; es una representación abstracta de todo lo que rodea a una persona; una salida del propio modo de apreciar el mundo de una persona.
Dicho lo anterior, vale decir que, por la valoración individual que cada persona le puede brindar al mensaje, la comunicación no es una ciencia precisa como las matemáticas, implica demasiada subjetividad para siquiera acercarse a ese ideal, por lo que siempre habrá un porcentaje del mensaje que pudiere no ser comprendido, pese a los mejores esfuerzos de la persona que lo emite y la que lo recibe.
Aun así, es claro que se debe hacer el esfuerzo de transmitir los mensajes de la forma más clara y agradable a la persona receptora que sea posible.
Con esa idea en mente, se crearon diferentes aplicaciones y programas que traducen textos al instante o que reconocen la voz de las personas[9] para hacer traducciones oportunas, las cuales, aunque muchas veces efectivas, no siempre terminan de ser exactas, ya que hasta ahora las máquinas no han sido capaces de mimetizar completamente los conocimientos humanos, sobre todo no en los aspectos más sensibles de su existencia, lo que se puede considerar como lenguaje no verbal, para el caso, lo que implica, por ejemplo, el tono y el contexto en que se dicen las palabras.
Esto cobra una especial relevancia en el ámbito jurídico, el cual solicita ciertas formalidades para con sus actos, lo que deviene en la necesidad de contar con personas especializadas en interpretar esos mensajes que conforman el proceso de comunicación. Vale aclarar que las formalidades varían dependiendo de la jurisdicción que rija los actos y el estatuto personal de las personas, por lo que interviene de forma directa el Derecho Internacional Privado, disciplina que tiene por objetivo armonizar las diferentes regulaciones nacionales para preservar derechos.
Estas personas se encargan de convertir la información de un lenguaje a otro, lo que puede hacerse de forma simultánea -cuando se inicia la interpretación hasta que el significado de la oración se haya entendido-; consecutiva -que inicia una vez que el orador ha dicho o indicado las palabras-; y susurrada -que es una interpretación simultánea que se brinda en voz baja-. Pero lo anterior no cubre todas las necesidades que se pudieren presentar en un proceso o diligencias de naturaleza legal, por lo que también existen personas traductoras, que convierten documentos escritos en un idioma a otro y su meta y compromiso es que la traducción pueda ser leída como si fuere el documento original. [10]
De lo anterior se obtienen varios elementos dignos de análisis, ya que la mala interpretación de un texto o de una conversación pueden resultar dañinos en un proceso judicial, en tanto la prueba que constituyen los mensajes de las partes, ya sean por medio escrito o verbal, son los que, al final, dan forma a un supuesto y proveen de una pretensión, la cual debe ser inteligible para la persona juzgadora, quien, en la jurisdicción salvadoreña, usará el sistema de valoración de la prueba de sana crítica[11] para determinar su fallo luego de la tramitación del proceso del que se tratare.
Así, ya que existe un medio para el ingreso y cadena de custodia, por ejemplo, de documentos escritos en un idioma distinto al castellano[12] a un proceso judicial, -los cuales como se dijo constituyen prueba[13]-, será necesaria la existencia y labor de peritos traductores elaborando, con la ayuda de un Notario, Diligencias Notariales de Traducción[14], por lo que el error en dichas traducciones podría resultar nugatorio respecto a los derechos de la parte que, en principio, buscó la experticia para la protección de sus intereses.
La comprensión de los mensajes intercambiados entre las personas es imperativa para una comunicación efectiva, así como la correcta interpretación de los mismos, lo que conlleva una enorme responsabilidad con respecto a las personas a las que será posible confiarles dicha tarea, quienes deberán ser peritos de los idiomas implicados en las diferentes controversias que pudieran suscitarse, sobre todo porque, como se indicó supra, la comunicación humana se compone de diversos elementos, que trascienden el plano físico y visible, por lo que inclusive se vuelve necesaria una comprensión de contexto exhaustiva y detallada para la correcta traducción de un documento o la interpretación de una conversación.
Bajo este contexto es que las leyes de El Salvador crean los mecanismos para dar validez a la documentación y también cómo proceder ante distintos supuestos en que se necesite un intérprete, tanto para un proceso judicial,[15] como para el caso de diligencias[16] -que implican la carencia de contención entre partes- y sirven, verbigracia, para la convalidación de títulos obtenidos en el extranjero, determinar el Estado Familiar de una persona, procedimientos de regularización o naturalización, para el caso de la nacionalidad, entre otros.
De este modo, vale decir, la persona que realiza el peritaje debe ser alguien que maneje de forma integral diversos conocimientos que le permitan entender no sólo tecnicismos del idioma o código extranjero, sino que deben atender a las particularidades a través de las cuales el mensaje fue elaborado, expresado, entregado e incluso comprendido, ya que esta traducción o interpretación también tiene un propósito comunicacional, el cual de ninguna manera puede ser una simple traducción literal de lo que se le presenta al perito.
En conclusión, la comunicación es un aspecto que se da por sentado en la sociedad actual, a la cual se le ha perdido el valor o la trascendencia que amerita, pero que es rica en sí misma y vale la pena estudiar a profundidad para poder comprender qué mensaje se transmite a otras personas y las implicaciones de todos los factores que tienen parte en esta amplia ecuación.
Beatriz Pleités


[1] Real Academia de la Lengua Española. (2018). Comunicación. 29 de abril de 2018, de Real Academia de la Lengua Española Sitio web: http://dle.rae.es/?id=A58xn3c
[2] Ibidem
[3] Tal vez para el caso de los conceptos ofrecidos por la Real Academia de la Lengua Española se quedan cortos al indicar únicamente que se trata de una “[c]ombinación de letras, números u otros caracteres que tiene un determinado valor dentro de un sistema establecido” o un “[s]istema de signos y de reglas que permite formular y comprender mensajes secretos”. Ver más: Real Academia de la Lengua Española (2018). Código. 29 de abril de 2018, de Real Academia de la Lengua Española Sitio web: http://dle.rae.es/?id=9daBvI8
[4] De todas formas, se recomienda una lectura más detallada de este respecto: Guillermina Izquierdo Reinoso. (2010). ENSAYO SOBRE EL PROCESO DE LA COMUNICACIÓN EFECTIVA. 29 de abril de 2018, - Sitio web:http://www.monografias.com/trabajos-pdf4/ensayo-comunicacion-efectiva/ensayo-comunicacion-efectiva.pdf
[5] Paul Watzlawick. (1991). Teoría de la Comunicación Humana. 28 de abril de 2018, de Editorial Herder Sitio web:https://catedraepistemologia.files.wordpress.com/2015/09/276081111-teoria-de-la-comunicacion-humana-watzlawick.pdf
[6] CómoFuncionaQué. (2015). ¿Cuántos idiomas hay en el mundo y los más hablados? 29 de abril de 2018, - Sitio web: http://comofuncionaque.com/cuantos-idiomas-hay-en-el-mundo/
[7] Un “regionalismo” es un “[v]ocablo o giro privativo de una región determinada”, lo que implica que hay palabras que tienen diferentes significados dependiendo del lugar donde se digan. Ver más: Real Academia de la Lengua Española. (2018). Regionalismo. 29 de abril de 2018, de Real Academia de la Lengua Española, Sitio web: http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=regionalismo
[8] Bylund, E., Athanasopoulos, P. 2017. The Whorfian Time Warp: Representing Duration Through the Language Hourglass. Journal of Experimental Psychology: General, Apr 27.
[9] En su caso, se puede hablar de los esfuerzos de DARPA por crear este tipo de traductores universales. Ver más: Neoteo. (2010). Traductor (casi) universal (DARPA). 29 de abril de 2018, de System & Software Engineering Sitio web:http://www.gtd.es/es/blog/traductor-casi-universal-darpa
[10] Oficina de Estadísticas Laborales, Departamento de Trabajo de EE.UU., Occupational Outlook Handbook en Español (OOH), (2014-15), Intérpretes y Traductores, 29 de abril de 2018 sitio web: http://www.bls.gov/es/ooh/media-and-communication/interpreters-and-translators.htm
[11] Los artículos 216, 241, 353 y 389 del Código Procesal Civil de El Salvador muestran las implicaciones del uso de la sana crítica en distintas fases del proceso.
[12] La Constitución de la República de El Salvador, en su artículo 62, inciso primero, reza: “El idioma oficial de El Salvador es el castellano. El gobierno está obligado a velar por su conservación y enseñanza.”
[13] El Código Procesal Civil y Mercantil de El Salvador establece en su artículo 310: “Las partes, por su orden, procederán a comunicar al juez las pruebas de las que intentarán valerse en el acto de la audiencia probatoria. La proposición de la prueba exige singularizar el medio que habrá de ser utilizado, con la debida especificación de su contenido y finalidad a la parte contraria.
Las pruebas admitidas que no puedan practicarse en el acto de la audiencia probatoria deberán realizarse con antelación a su inicio.
Cuando la prueba que se deba practicar sea sólo la documental, el Juez pasará a dictar sentencia en el plazo legalmente fijado, inmediatamente después de que concluya la audiencia preparatoria o una vez que se hayan aportado los documentos admitidos que no obren en poder de la parte.”
[14] La Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y Otras Diligencias de El Salvador, en su artículo 24, determina: “Cuando un instrumento o sus auténticas estuvieren escritos en idioma extranjero, el interesado podrá ocurrir ante notario, quien nombrará perito a un intérprete de su conocimiento, al que juramentará.
Hecha la traducción, el notario pondrá su firma y sello en cada folio del instrumento y auténticas traducidos y del dictamen del traductor; y entregará originales las diligencias al interesado, para los efectos legales.”
[15] El artículo 148 del Código Procesal Civil y Mercantil de El Salvador indica, a saber: “En todas las actuaciones procesales se utilizará, obligatoriamente, el idioma castellano.
Cuando deba ser oído quien no conozca el idioma castellano, la parte que lo presente deberá designar un intérprete, o solicitar a su costa la oportuna designación por el tribunal.
Todo instrumento que conste en idioma extranjero deberá acompañarse con su correspondiente traducción conforme a la ley y tratados internacionales.”
[16] Nuevamente se puede mencionar el artículo 24 de la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y Otras Diligencias de El Salvador.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Subiendo escaleras

Una mujer en sus veintitantos está subiendo las escaleras. Una a una, con toda la paciencia del mundo. Las sube despacio y sin pausa para poder llegar a su destino temporal o permanente.
Subió la tercera grada.
Sus problemas no importan; si tiene hijos o no tampoco es relevante. No interesa si va al trabajo o a su piso del apartamento. No importa si es de alcurnia o de cantón.
Muchas cosas no importan cuando subes las escaleras, es sólo una subida corta, un pequeño ejercicio de 13 escalones.
Subió la séptima grada.
¿Va triste o feliz? Tampoco es de importancia, ella sólo sube las escaleras. Por su nombre no preguntes, ese es un detalle innecesario. No cuenta las escaleras, sólo se sostiene del barandal de madera gastada por el uso; muchas personas deben de subir por esta escalera.
Subió la décima grada.
La pared está cubierta con un viejo papel tapiz de vaqueros, ¿por qué? Nadie lo sabe, ni siquiera el dueño lo sabe, piensa que el antiguo dueño lo ha de saber, pero no tiene idea este tampoco. La verdad es que ella hace un juego espantoso con ese papel tapiz: su traje formal azul se ve fatal en contraste.
Subió la décimo segunda grada.
Está a punto de llegar al final de la escalera, puedes ver que empieza a fruncir el seño; su blanca tez se arruga con ese pequeño gesto que le da más edad. parece que está un poco cansada, su peso ha de influir en esto, pero eso tampoco es de vital importancia. Su cabello es negro y parece que nunca lo ha teñido, pero, ¿qué importa todo eso? Si al final de cuentas todo lo que ha hecho es subir las escaleras.
¿Subió la décimo tercer escalera?
No sé, me distraje y dejé de verla; bien pudo haber desaparecido y ya.

"Yo no puedo ir a tu país porque ustedes no respetan la vida"

Hace un rato leí, quizá por casualidad, una publicación de una persona que se ha ido a vivir fuera del país. Ahí, esta persona, a la que, para efectos de mayor fluidez del texto, llamaremos "Juan", describe someramente cómo centroamérica, y nuestros países en general, son absorvidos por la globalización, ya que, como bien idica Juan, somos pequeños países receptores; desde productos extranjeros (que siempre pensamos que son de mejor calidad), hasta las fiestas y creencias.
Nacidos y engendrados de una combinación bastante macabra entre españoles e indígenas, somos el producto de una conquista que nos enseñan en las escuelas y colegios como si fuera una ficción: abstraída de nuestra realidad, porque, así como con el concepto de la muerte, debemos verla como algo abstracto o nos perderíamos en la locura de saber que moriremos sin tener claro un propósito. Es decir, nos la hacen ver como algo tranquilo y bueno, poniendo música agradable de fondo mientras leemos sobre las violaciones y el dolor de nuestros antepasados, nublando nuestros sentidos y haciéndonos cometer uno de los pecados más grandes: ser indiferentes. Me sucedió, porque fue después que comprendí que no había sido algo tan sencillo. Así, hemos olvidado que hasta el dios (Dios) en el que creemos, es un monarca que se impuso (o fue impuesto) por medio de sangre y terror.
En todo caso, leyendo la publicación de Juan descubrí una frase que le dijo no-sé-quién a él que me ha causado mucho pesar; un dolor impotente, porque desde hace años que perdí, casi por completo, la esperanza de realmente poder cambiar algo en una sociedad convulsa que nos rodea día a día.
¿La frase? "Yo no puedo ir a tu país porque ustedes no respetan la vida".
No respetamos la vida. Una aseveración muy triste y fuerte, ya que nos engloba de una forma cruel y enfermiza. Podría pasar horas discutiendo que no soy yo, porque yo no he matado nunca a nadie, trato de no agraviar a las personas que me rodean y hago las colas del tráfico de las horas pico, pero la verdad es que con la cantidad de muertos diarios, la violencia generalizada y la inseguridad cotidiana, esta persona a la cual no puedo nombrar, como sí lo he hecho con Juan, me hace recordar a aquel doctor en filosofía que me dijo alguna vez: "Nunca se ve una persona más tonta que cuando intenta defender lo indefendible". ¿Cómo negarlo? ¿Cómo ocultarlo?
Tengo bastante claro que hay personas en este país que no son malas, sino todo lo contrario, pero es complicado para mí sostener que respetamos la vida cuando no dejo de leer malas noticias.
Ahora bien, sé que los medios de difusión masiva son bastante responsables de la mala y pobre imagen que damos de cara al exterior, pero eso no quita el dato estadístico, el número frío de cuántos delitos se cometen en un mes en este pequeño país; y eso, quiérase o no, me causa mucho pesar.


jueves, 5 de febrero de 2015

El verdadero pecado de la homosexualidad: la discriminación

Habré tenido trece años la primera vez que escuché a alguien llamarme lesbiana (de forma peyorativa, por supuesto), por ser una niña "demasiado cariñosa". En medio de mi inocencia, a penas y sabía lo que ese término significaba, pero, por el modo en que era utilizado, me lo tomé como un insulto y me molesté.
Por supuesto, a medida fui creciendo aprendí el significado de esa palabra y muchas otras relacionadas a la homosexualidad o, mejor aún, relacionadas a la diversidad sexual. Descubrí que la intolerancia es un arma muy poderosa para pisotear los sueños y esperanzas de las personas, sobre todo en la adolescencia, ya que es en esta etapa en la que todos y todas queremos encajar de alguna manera. Nadie quiere sentir que es diferente y por eso tenemos miedo y no sabemos quién debemos ser.
El país que vivo, mi hogar, es sumamente intolerante y discriminador, por eso no podía perder la oportunidad de ofrecer mi opinión al respecto, con la necesaria aclaración de que no soy homosexual. (Digo necesaria porque si no lo enfatizo, muchos pensarán que apoyo la causa porque soy parte del grupo discriminado en cuestión.).

Primero que nada, debo decir que si usted es religioso y cree en un Dios amoroso, usted no puede estar en contra de las personas que aman. Ahí está, simple. Lo menciono como primer punto porque muchos escudan sus opiniones en la religión, alegando que las personas con distintas orientaciones sexuales a la heterosexual son pecadores. Damas y caballeros: ¡Amar es amor!
Ahora bien, piense un poco, el Reino Animal, basto como es y del que usted forma parte, engloba también criaturas no heterosexuales. (Más de 1500 especies de animales tienen parejas del mismo sexo, podemos nombrar a los chimpancés, pingüinos, cisnes, bisontes, jirafas y diversas aves.)[1].
Llegados a este punto, quisiera plantearle una pregunta: ¿Conoce usted a algún homosexual, pansexual, travesti, transexual o alguien que vive su sexualidad de un modo distinto al suyo? No sé cuál será su respuesta, pero lo mejor que puedo hacer es responderle yo misma dicha cuestión: Sí. Los y las conozco y ni uno, ni siquiera uno de ellos, es mala persona. Son amables, listos y dispuestos a ayudar en caso de necesidad. No puedo afirmar que todos son iguales, más de alguno debe haber que sea desagradable, porque este mundo está lleno de personas diferentes, opiniones diversas... A lo que quiero llegar es que no se puede afirmar que porque tienen una orientación sexual diferente son malos y no merecen estar en los mismos lugares que usted.
No se trata de una enfermedad ni de un trastorno, no se trata de una etapa de rebeldía de su hijo o hija ni de un momento de debilidad, es simplemente otra manera de vivir a la cual cada persona tiene derecho y no se le debe juzgar por ello. Por favor no piense que porque un hombre lave los trastes o haga la limpieza será gay o que si su hija juega con carritos durante su infancia será lesbiana. Saque esas ideas de su cabeza, porque no le llevarán a nada. Y, por favor, no crea que por leer este artículo o artículos de este tipo usted y quien lo lea corre el riesgo de cambiar su sexualidad.
Si le facilita el entendimiento de esta cuestión, le propongo un reto: Cambie usted su sexualidad. Si lo logra, habrá demostrado que me equivoco. Sin embargo, le puedo ahorrar la fatiga de intentarlo, pues ya sé el resultado: no podrá. Tal vez así usted y yo podemos llegar a comprender que este mundo no necesita más intolerancia y discriminación, sino empatía.




[1] Fernando Pino. (4 de abril de 2013). 5 mitos sobre la homosexualidad derrumbados científicamente. 5 de febrero de 2015, de Curiosidades Sitio web: http://curiosidades.batanga.com/4306/5-mitos-sobre-la-homosexualidad-derrumbados-cientificamente

lunes, 19 de enero de 2015

Carta ficticia a Marta

Marta:

No voy a hacerlo.
Lo sé, sé que lo hablamos por teléfono durante horas, que el tiempo pasa y no me espera y que para hoy, a las 6:00 pm, será ya demasiado tarde. ¡Pero es que no puedo! Cuando vino a despedirse en la mañana, me di cuenta de que no podía ser ese inconveniente que llega en el momento justo para frustrar el vuelo de un soñador. Y sí, lo he pensado ya demasiado; me he preocupado porque mi corazón no ha parado de latir con fuerza en todo este día, como si empujara las palabras por la garganta, pero mi boca se negara a dejarlas salir. Es mejor así.
Hace tres años, cuando llegó, nos dejó bien claro lo que quería y que solo estaría un tiempo aquí, ¿te acuerdas? Incluso dijo que no debíamos tomarle cariño, porque a fin de cuentas, no se quedaría para siempre. Así sin más resulta obvio que mis palabras no harán más que estorbar, justo como me han estorbado estos sentimientos todo este tiempo. Lo supe desde un principio, pero lo dejé continuar, como para ver hasta dónde podía llegar. Antes de decir adiós, vi en sus ojos mi reflejo y, por un instante, no más de dos segundos, creí que se concedería mi deseo; que estaba ahí, listo para que lo tomara. Pero parpadeó y el momento se perdió. Entonces lo supe. Supe con certeza lo que ya sabía en mi corazón.
Como mi amiga has cumplido tu labor con creces: me diste valor y esperanza cuando mis ojos estuvieron a punto de perder la batalla, mientras nos explicaba que se iría en dos semanas. Por eso te agradezco como no te puedes imaginar.
Pero yo, como todos los demás, he sido víctima del tiempo. Parece que todo en esta vida tiene un límite muy marcado; por eso, ahora, después de tantos años, entiendo el amor platónico de mi abuela hacia Colombia, el “idealizado”, según ella misma, por haberse tenido que ir de su país siendo tan joven. Lo entiendo, yo, que soy tan poco sentimental. Aunque, si lo pienso bien, esto, más allá de ser puro sentimentalismo, es la flor de mi romanticismo. Te confieso que yo también quise ese final perfecto de las películas de las que nos burlamos con tanta facilidad cuando éramos más jóvenes.
Parece tonto ahora que leo esta carta. ¡Con cuánta facilidad hablo de estas cosas últimamente! Creo que hasta a mí me doy lástima. Y, a pesar de eso, no se me olvida cuando me dijiste que ser lamentable también era parte de la vida.
Pero, ¿sabes? Se ha ido con una sonrisa en su rostro de mi casa y, aunque me duele como no te imaginas, por un segundo, me sentí conforme. Ahora estará abordando el avión y presiento que ha sido un adiós definitivo, pero, por estúpido que te parezca, no me arrepiento. Claro, esto lo digo en un momento de lucidez, ¿quién sabe mañana? O en una hora, cuando sepa que el avión se ha ido…
Marta. No pude hacerlo.

-D


domingo, 19 de octubre de 2014

Un soldadito de madera

¡La camioneta de mi papá baila como si estuviera construida para hacer tal cosa! ¡Es horrible, todos tan asustados! Estas cosas siempre pasan de inesperadas a traumáticas... ¡¿Y José?! ¡¿Quién sacó a Josecito de la cama?! Mamá, tranquila. Ya vi que Gabriel lo tiene. ¡Ja, ja, ja! ¡Ni siquiera se ha despertado!
                                               ****************************
Cuando eran las 8:00 de la noche me encontraba hablando con Alejandra sobre la historia de las constituciones de El Salvador. Claro que no era mucho como una conversación, ya que se trataba de una nota de voz por WhatsApp cada cierto tiempo. Su voz denotaba tanta tranquilidad que me preguntaba si en serio estaba preocupada por el laboratorio que haríamos el día siguiente.
El caso es que estudiar no es lo mío: soy una haragana ejemplar y creo que procrastinar es una de las actividades que mejor se me dan; después de todo, aprendí a trabajar muy bien bajo presión. Pero, para qué negarlo: estaba muy nerviosa por el laboratorio de Constitucional al día siguiente. Y eso que había pasado estudiando desde hacía varios días y me sabía de memoria varios datos que consideraba, eran importantes. Lo interesante del estudio es que, muchas veces, no aprendo lo que me piden que aprenda, sino lo que me parece más interesante a mí. O sea, de pronto encuentro algo que me llama la atención y me emociono de llevar la carrera que llevo. Pero no me malinterpreten, sigo siendo bien haragana.
Para cuando se hicieron las 9:00 pm ya me sentía algo adormitada, así que fui a la cocina, llené una botella de un litro de agua y me propuse tomármela toda. No sé por qué eso siempre me quita el sueño. Podría ser porque luego tengo que ir al baño mil veces después o simplemente porque me convenzo de que tomar agua me hará despertar. No sé; no es algo verdaderamente importante. La onda es que me la tomé.
Solo para que vean lo mal que se me da estudiar: por momentos me quedaba mirando mi pared, así tipo ida. Pasaba del verde de la parte de abajo, hasta el lado blanco de arriba. Estaba ya bien aburrida de releer la misma información; así que me puse, solo un rato, a leer. Había tomado de mi librera un libro aleatorio, en una página cualquiera para distraerme. En eso estaba cuando vi que eran las 9:32 pm en el celular. ¿Que cómo lo sé con tal certeza? Pues Dios bendiga la tecnología, porque Alejandra me había mandado una nota de voz en ese preciso momento. Hablé con ella un ratito más mientras seguía leyendo mi cuadernito, y el último mensaje que le mandé fue a las 9:47 pm.
Por alguna razón que todavía no entiendo, en ese momento me levanté del escritorio, me estiré y me fui a sentar a la cama para tomarme una pastilla que tengo siempre en mi mesita de noche. Algo muy mundano y que hago todas las noches, o eso creí, porque una vez me la hube tomado se dieron las 9:50 pm y volví mi rostro hacia arriba. Fijé mi mirada en un soldadito de madera que tengo colgado de un hilo en la barra que sostiene la cortina. Está formado por tres pelotas que van de la más grande a la más pequeña: la más grande es azul, la siguiente es naranja y tiene dos pelotitas más pequeñas pegadas para simular los brazos. Por último está la más pequeña, con una carita feliz dibujada en ella. Lo miré despacio. Y de pronto, sentí algo raro, como si la cama se moviera y noté que el soldadito empezaba a mecerse.
Para qué les digo, yo cuando tiembla suelo mantener la calma. Y es que sucede tan a menudo. Pero, pasados un par de segundos decidí salir de mi cuarto. Cuando llegué a la puerta estaba temblando más fuerte y me asusté, porque mi puerta estaba con llave. Me pasó eso tan raro que me acordé, en lo que dura un respiro, de esas veces que me habían dicho de alguien que había muerto porque la puerta se entrampó por ese hábito de poner llave. Pero quitar llave no me costó nada más que el susto. Vi a mi hermano mayor, Gabriel, levantándose del sillón y dijimos, casi al mismo tiempo: “Está temblando”.
De ahí fue un borrón. Yo salí de la casa con mis papás por la puerta trasera, mientras que mis hermanos lo hicieron por la principal. Y un segundo después Ceci estaba a mi lado. Todos nos miramos como buscando una explicación a lo que estaba pasando. En eso, vi el carro de mi papá bailando y un güisquil cayendo cerca. Mi mamá se puso como histérica (ella sí que no sabe lidiar con sus nervios). Estaba preguntando a gritos por mi hermanito hasta que hablé lo suficientemente fuerte como para que me oyera que estaba con mi hermano mayor.
Cuando el movimiento se detuvo me di la ocasión de mirarlos a todos: mamá con las manos en el pecho, papá en bóxer y una cobija, Cecy con crema en la cara y yo con mi pijama rota. *Jum…*, me he visto mejor. Claro que mi mamá encontró voluntad para regañarme por estar descalza y mi papá para burlarse de mi pijama rota. En eso llega Gabriel, cargando a mi hermanito como si fuera un costal de papas. Quiero enfatizar en esto porque el niño no se había dignado a despertarse.

Pasado un momento nos fuimos todos al cuarto de mis papás a ver las noticias, lo cual fue tedioso porque solo en un canal decían algo al respecto. ¡Ah! Pero Dios bendiga Twitter.  Ahí se leía de todo. En serio. Deberían hacerse una cuenta solo para este tipo de ocasiones. Y es que hay tweets de todo tipo: desde el tweet el maje que pone que está temblando en lugar de ponerse a salvo, hasta los que se estrujan el cerebro por hacer un buen chiste de la situación. Por otro lado, por supuesto, están las noticias minuto a minuto en las que se podía leer todo lo relacionado al sismo.


                                               ****************************
                                               ****************************